Trazos

Luis Miguel Coloma

En mis paréntesis de la realidad, a veces se dibuja en el aire un sendero entre árboles. En ocasiones vigorosos. Otras, lánguidos y desnudos, piden clemencia al cielo. Escoltan un camino recto y frío de tierra apelmazada que apunta a un horizonte habitado por la neblina. Una persona avanza. Sólo veo su espalda. Transita su penitencia sin nada en las manos.
Otras veces veo una superficie de agua en quietud absoluta en la que hay clavados varios postes de madera artríticos, raídos por el salitre. Aparecen como islas, calladas, ausentes una de otra. Pasan sombras de las nubes y cada cierto tiempo arriba una barca vacía que luego se va.
Surge del blanco en ocasiones una muchedumbre que se acerca irremisiblemente a un abismo. A bordo de un rumor de voces que se siente pero no se oye, muchos van cayendo pero los otros siguen avanzando ajenos. Hay veces, que esta misma masa humana aparece de pronto en una playa inmensa, antes desierta y bella. Se va acercando a la orilla y el mar la engulle sin alterar siquiera su compás.
Otros días, presencio cómo un ágil trazo de lápiz dibuja una ventana. Luego la abre y me permite mirar dentro. Entonces veo cómo alguien indefinido presencia, igualmente, cómo un ágil trazo de lápiz dibuja una ventana. Luego la abre e invita a esa persona a mirar dentro. Y allí otra persona indefinida contempla cómo otro ágil trazo de lápiz dibuja otra ventana y la abre y etcétera, etcétera, así, hasta el infinito.
Alguna vez ha ocurrido, que a través de esa ventana se ha visto al caminante por el sendero entre árboles, o a la muchedumbre que se dirige al abismo o la playa aún sin gente, o los postes clavados en la pátina de agua inmóvil. En estas apariciones, la barca vacía no aparece. Pero sí he visto alguna vez el camino entre árboles con el suelo lleno de flores blancas aunque sin el caminante.
Y hay momentos aislados muy desconcertantes. Hace justo una semana, se me apareció en un lapsus de la secuencia de ventanas dibujadas por un ágil trazo de lápiz, un largo tramo de tendido de cables de alta tensión con gente sentada en ellos como si fueran los pájaros de Hitchcock. Sin saber por qué, di una palmada y salieron todos volando.

 

TEXTO Y FOTO: Luis Miguel Coloma http://islaflipica.blogspot.com