Reservas marinas

Rodrigo Riera Biólogo marino

Las reservas no se limitan a proteger zonas para que “los peces crezcan y engorden”; en los últimos años se han creado muchas de estas áreas para preservar la biodiversidad. A partir de la prohibición de cualquier tipo de acción extractiva (pesca, marisqueo, etc.) o bien de uso del litoral (construcciones, industrias, etc.) se permite que el ecosistema alcance su estado primigenio, en otras palabras, en el que se encontraba antes de la acción directa o indirecta del hombre. La acción directa del hombre sobre el mar la podemos observar a diario en nuestra vida cotidiana (puertos, playas artificiales, sobrepesca, entre otras), pero sin embargo, la acción indirecta no es tan evidente. Por ejemplo, el efecto de la sobrepesca produce una ausencia de peces que son de interés comercial y que alcanzan un precio elevado en el mercado (abades, meros, pejeperros, samas, etc.). Pero la ausencia de estas especies desencadena una serie de procesos que pueden llegar a producir cambios drásticos en la totalidad del ecosistema, como aumento de especies de pequeño tamaño (poco interesantes desde el punto de vista pesquero por la ausencia de depredadores), incremento del número de erizos que ocasionan una pérdida evidente de la cobertura algal en los fondos rocosos, etc.

Todos estos procesos se pretenden detener a partir de la creación de reservas marinas cuyo objetivo principal es la preservación de la biodiversidad del ecosistema. Por esta razón, es muy importante que en cada una de las islas exista una zona “libre de la acción del hombre” que pueda servir como “criadero” para el resto de áreas de la isla, pero además para poder establecer comparaciones con fondos afectados por la actividades humanas, y así tener un “patrón” a partir del cual establecer cuál es el grado que caracteriza a los fondos marinos “limpios”, sin ningún tipo de alteración ambiental por parte del hombre.

En los próximos años se pretende crear una reserva marina en La Gomera, dos en la isla de Tenerife (Teno y Anaga) y una en Gran Canaria; es un buen comienzo pero todas ellas se han creado basándose en la recuperación de los recursos pesqueros y en áreas alejadas de núcleos poblacionales. El próximo paso a dar es preservar varias zonas con un elevado grado de biodiversidad independientemente del uso que sufran en estos momentos; podrán existir zonas con recursos pesqueros importantes, áreas turísticas, etc., pero precisamente en estos puntos el grado de recuperación de la biodiversidad será mayor que en aquellos lugares con un potencial menor. ¡Es un paso fundamental que tendremos que dar en los próximos años!