Los ríos de tus manos

He descubierto que cuando pones mucha atención y tu cuerpo se pliega en posición fetal, puedes no solo escuchar el viento sino verlo, con tanta claridad como si ondulara un campo de ingrávidos cereales.También me seduce la idea de verte llevar al cuello una guirnalda de esplendorosa barrilla, con sus cristalinas burbujas de agua. Y que bailes en la arena de la playa, la parte más cercana al estallar de las olas y que sea tu baile el lenguaje del mar. Escritura primera será la huella de tus pies descalzos y un reguero de palabras polinizará al aire que se llenará de nubes en un cielo de «virgen planchando». Será el cielo, más cielo que nunca; el mar, más mar que nunca; y tu danza tendrá el aroma de tu piel perfumada de anises de coral. He descubierto, querida, palabras escondidas en los finos ríos del mapa de tus manos. Palabras antiguas que solo se pronunciaban en los templos de las culturas perdidas y olvidadas, pero las he descubierto tarde, cuando ya mis años me envuelven con manto de crisálida. Espero, sin embargo, ser el gusano temido que se convierta en la admirable mariposa que escribe en el aire con sedosos aleteos.

TEXTO: FÉLIX HORMIGA
ILUSTRACIÓN: ATCHEN POUNAPAL