TAREK ODE

Luis Miguel Coloma

 

Aunque no solo en arqueología, su obra denota un fuerte compromiso con la tierra y un elevado sentido de lealtad hacia su cultura canaria.
Es cierto, aunque yo nunca lo vi así. Me lo dice sobre todo gente de la península, del extranjero… Son sentimientos que te vienen y tienes que llevarlos a cabo. Con la arqueología, o con los documentales sobre los artistas canarios. En común tienen una premisa básica en mi trabajo: enseñar las cosas bien, trasciende.
A la arqueología yo solo le he dado respeto. Vi que estaba visualmente maltratada y quería acercarla a la gente. Que la conocieran y la respetaran. Cuando me metí al cien por cien en esta materia, viendo la importancia que tiene la arqueología canaria y que no se había hecho nada en este sentido, pensé que había que mostrarla bien. Con imágenes de calidad. Para darle a la gente más razones para valorar su tierra y su pasado. De verdad, lo digo yo y lo comparte todo mi equipo. Si no ejerciéramos esta profesión, pagaríamos por hacerlo.
Haber sentido todo esto, caminar por el campo con los grandes arqueólogos con los que tenemos la suerte de poder trabajar, encontrar yacimientos, las noches que pasamos… Este año hemos descubierto nosotros el primer marcador solar de Tenerife. Simplemente por ser observadores, por estar ahí. Hay tanto por ver, y te infunde tanto respeto la cultura de nuestros ancestros… Esto lleva detrás un trabajo enorme, claro.

La Arqueología es una mirada a través de las piedras y del tiempo, llena de preguntas sin respuestas. ¿Por eso le interesa? ¿O es en especial la arqueología canaria?
A mí me interesa muchísimo la arqueología canaria, pero también las pirámides de Keops, el Valle de los Reyes o Machu Pichu. Sin embargo, la arqueología canaria nos ayuda a respetar más nuestra cultura, cuanto más la ves, cuanto más la conoces… Y eso sí lo estoy notando, a raíz de los trabajos que hemos hecho. A la gente le llega.
Estamos llevando a las salas, a Internet y a los periódicos, las cosas que la gente no puede ver. Escogemos los momentos, los lugares, la mejor hora, la mejor luz. Que puedan admirar en una foto en la que se te ponen los pelos de punta, un poblado aborigen, un grabado con la escritura que había, integrada en el paisaje. Para que el público en general pueda acceder a lo que no está en los museos. Yo pienso que es interesantísimo poder ofrecer esta oportunidad. Y, a su vez, el logro de captar la atención de la gente, influye en el respeto y en la protección de los propios espacios museísticos y de los yacimientos. Estamos ante un avance muy importante. Aparte, en la arqueología canaria hay muchísimo por descubrir y el margen de sorpresa, de expectativa, le confiere una magia muy especial. Es, en definitiva, una fuente de riqueza para todos.

¿Cómo es el trabajo, el día a día, cuando está rodando un documental de arqueología?
A ver, es muy importante la parte visual, pero es fundamental la parte científica, el asesoramiento de los arqueólogos. Sin la aportación de esta gente, sin esta coherencia, nos meteríamos en mundos muy dispersos que no nos vienen bien a nadie. Y cuando tienes la inmensa fortuna de poder trabajar con gente como Antonio Tejera, Jorge Pais, Nona Perera, José de León, o Julio Cuenca, en fin son muchísimos, quién soy yo para hacer más que una foto bien orientada. Y puedo imaginar, puedo soñar, puedo conseguir el mejor encuadre, pero siempre voy con este asesoramiento. Todo en mis trabajos documentales está corroborado por los arqueólogos.
El trabajo es un poco como en familia, porque de trabajar tantas horas, tantos días juntos, es en lo que nos hemos convertido. Vamos, venimos, caminamos por la montaña… Es una pasada. Indescriptible. Además, yo no soy el director que esté en una silla sentado, diciendo lo que hay que hacer. Yo cojo la cámara, me subo por las piedras, me cuelgo de una cuerda, estoy con mi equipo. Es lo que me gusta. Si no, mal iríamos.

¿Cuál va a ser la próxima obra de Tarek Ode que podamos contemplar, visionar…, leer?
Recientemente presentamos en el Teatro Cuyás Axis Mundi; Cumbres Sagradas de Gran Canaria, dentro del marco de la candidatura española de Risco Caído para la Unesco. El estreno fue un gran éxito con la asistencia de 1.200 personas. Documental que se empezará a mover ahora por todo el mundo. Es un trabajo de campo, de varios años conviviendo con la gente de la zona de Bentaiga, de Tejeda, de Artenara, y estos pueblos. Relacionado todo con sus vivencias, con la cultura, con la arqueología. Yo creo que es uno de nuestros mejores trabajos. Posiblemente, el mejor terminado, el mejor perfilado, de los más difíciles. Nos ha costado mucho esfuerzo a todos los niveles. También hay varios proyectos, más en mi ámbito artístico y creativo.