Arrecife, el Puerto de la Barrilla
Los inicios del puerto.
La causa de la existencia de Arrecife fue su localización, configuración y emplazamiento privilegiado como área portuaria. Costas tranquilas y su especial orografía determinaron la atracción que tuvo este lugar para su desarrollo. De todo el litoral del Archipiélago, destaca un lugar que será reconocido como el mejor puerto natural de Canarias: Puerto Naos (nombre de origen portugués que es también topónimo en El Hierro y La Palma).
En sus inicios, las primeras embarcaciones que zarpaban desde Puerto Naos navegaban a vela. Eran barcos de pesca que faenaban en la costa de África Occidental, desde Marruecos hasta Cabo Blanco. Por él entraron y salieron la mayor parte de las embarcaciones en Lanzarote.
Arrecife no tardaría mucho en convertirse en el puerto principal de la isla, por lo que importantes comerciantes de otras islas comenzaron a residir en El Puerto. Lanzarote precisaba de un punto de embarque y Arrecife había ido concentrando el mayor volumen de tráfico marítimo.
Así pues, las primeras infraestructuras portuarias se realizaron en el Siglo XV, dando lugar a un asentamiento poblacional en el barrio de La Puntilla. Pero Arrecife no sería ciudad hasta el siglo XIX cuando, gracias a su intensa actividad comercial, se convirtió en capital de la isla, por ser una apreciada zona para arribar.
A finales del siglo XVI el ingeniero Torriani consideró que el Puerto de Lanzarote debía ser la primera línea defensiva de la isla y planificó para Arrecife construir un sistema defensivo y una muralla.
El Comercio
Además del vino, que comienza a cultivarse en la isla tras las erupciones volcánicas de Timanfaya (1730-1736), será la barrilla el producto de exportación que afianzará a Arrecife desde el punto de vista comercial y urbano, produciéndose un importante desarrollo del puerto en las últimas décadas del siglo XVIII y las primeras del XIX.
El Puerto de Arrecife fue el principal beneficiario del ciclo económico expansivo que provocó la “barrilla” (la ceniza de la barrilla se emplea desde la época bíblica para la elaboración de jabón por la alcalinidad de sus tejidos), exportándose hacia diversos mercados internacionales y propiciando la creación de almacenes donde esperar a su embarque.
Del muelle comercial también salían productos agrarios como la cochinilla, la cebolla, la legumbre y el tabaco. La sal tuvo su protagonismo, pero lo que supuso el mayor crecimiento económico para la isla fue el desarrollo de la industria pesquera.
Lanzarote contó con una flota sardinal que llegó a ser la más importante de Europa y por extensión del mundo. Gracias a su intensa actividad, comenzó a desarrollarse la industria de procesados de pescado, como la salazón y las conservas. Las pesquerías en la costa de África nunca fueron fáciles, pero dieron sus frutos para abastecer a la isla y para generar incluso una de las mayores industrias conserveras de Canarias.
En los años 60 se sustituyó la salazón y el pescado seco por las conservas. Arrecife llegó a tener hasta seis empresas conserveras de reconocidas marcas, convirtiéndose en el auténtico pulmón económico de la isla.
Antes de que estallase el último conflicto pesquero y conservero, que llevó a la huelga general y a la parálisis del sector, la capital de Lanzarote concentraba las primeras sociedades pesqueras de Canarias, llegando a albergar el 90 % de la flota sardinal española. A principios de los años 80, el negocio de la pesca suponía el 70% de la economía insular.
El puerto en nuestros días
El puerto de Arrecife es un gran desconocido para la mayoría de los habitantes de Lanzarote. La historia de las últimas décadas ha marcado un rumbo de olvido hacia el mar. Los cambios que provocaron el hundimiento del sector pesquero han hecho que la sociedad le de la espalda al puerto, a pesar de que el puerto de Arrecife sigue siendo ese gran pulmón por el que respira la isla.
Es la puerta de entrada de prácticamente todo lo que consumimos, pero también es una importante puerta de salida para numerosos productos que buscan oportunidades en otros mercados, fuera de nuestras fronteras. Con una situación geoestratégica inmejorable, a tan sólo 68 millas náuticas del continente africano, Lanzarote está en la ruta del África Occidental, una auténtica autopista natural para más de 15.000 embarcaciones, que cada año transitan hacia el Atlántico sur y que demandan servicios. Es una puerta estratégica para contribuir al desarrollo económico de Lanzarote, para la calidad de vida
Fuentes
Pilar Estevan, Cámara de Comercio
Ayuntamiento de Arrecife
Fografías: Memoria digital de Lanzarote
www.memoriadelanzaro y el futuro de sus habitantes.