Nº 6

Fernando Barbarin

NIÑO

 

Y tú, ¿qué quieres ser de mayor? Le preguntaba una señora despeinando la cabeza a un niño enrollado a la pierna de su madre. El niño se quedó mirándola en silencio de igual manera que las vacas lo hacen al tren. Tras varios segundos, la madre interrumpió hábilmente esa respuesta muda atrayendo nuevamente la mirada de la señora, el niño desde abajo, seguía contemplándola. Disfruté de esa situación y en especial de ese silencio. Probablemente la señora esperaba oír: bombero, médico, policía... pero esto, son únicamente profesiones. Cuando eres mayor puedes ser muchísimas cosas, puedes ser simpático, gordo, sensible, viajero, calvo, equilibrado, orgulloso, luchador, bobo, valiente, generoso o sencillamente ninguna de ellas. La pregunta no es tan inocente como parece, son ese tipo de cosas las que sin darnos cuenta van calando y moldeando nuestras vidas, ¿no les parece curioso que a la gente le interese infinitamente más saber “a que te dedicas” a saber cómo eres?. Cuando se habla de una vida exitosa casi siempre se habla en terminos económicos o profesionales. Para empezar, pienso que se debería admirar más la profesionalidad que la profesión, y más el capital humano que el económico. A mí, particularmente me preocupa que estas cosas no preocupen, sabiendo que para muchas personas no alcanzar este tipo de objetivos materiales, supone su más profunda infelicidad.
Muchos de nuestros héroes actuales son idiotas profundos, que no saben volar y sólo piensan en salvarse a si mismos. Entre nuestros iconos destacan depredadores engominados, tele–famosetes, ilustres tontainas o fut–modelos. 
Es significativo que la mayor manifestación de orgullo que embarga a un país es cuando su selección vence a su rival, nadie se pavonea con orgullo en un bar, cerveza en mano, del número de científicos, artístas, organizaciones humanitarias, donantes, politicas medioambientales, justicia o población solidaria, sana y feliz con los que cuenta su país. Si partimos de valores y referentes huecos tendremos una vida hueca. Yo particularmente admiro a todas aquellas personas que disfrutan y saborean la vida a través de la naturaleza, la cultura, la amistad y la creatividad, en todas sus formas y variantes. Por cierto... a mí de mayor me gustaría ser más joven.