Ningún viaje es definitivo

ANA CARRASCO

Lanzarote tuvo la suerte de que en ella naciera César Manrique y Pepín Ramírez, más tarde tuvo la suerte de contar con Fernando Prats y de acoger a José Saramago. No sería justa si no escribiera que también tuvo la suerte de acoger a Jesús Soto y de ver nacer y hacer a todos aquellos trabajadores públicos que hicieron posible los Centros de Arte, Cultura y Turismo. Todos amaban la isla, deseaban lo mejor para ella, y la defendieron proclamando la necesidad de contener su crecimiento turístico.
El 8 de marzo de 1998 tuvo lugar un gran evento en la Sociedad Democracia de Arrecife, un debate abierto al público sobre la moratoria turística. En la abarrotada sala, entre el público, se encontraba Saramago que alzó la mano para pedir el micrófono y decir: “El turismo de calidad es el turismo respetuoso que va a un lugar que se respeta a sí mismo”.
Las personas de la foto no han nacido en la isla, son turistas anónimos que ante la basura, arrojada desde los coches por personas que no se respetan, la recogen. Ellos representan el turismo de calidad.
Saramago escribió “La felicidad, sépalo el lector, tiene muchos rostros. Viajar es probablemente uno de ellos. Entregue sus flores a quien sepa cuidar de ellas y empiece. O reempiece. Ningún viaje es definitivo.”