ENERGÍAS RENOVABLES

Alejandro Perdomo

Aprovechamiento energético, lo que el mar ofrece 

«Ya sot aquí» (Ya estamos aquí).

Aquí tienes las mismas tres palabras que Tarradellas pronunció el día en que regresó de su exilio a la plaza Sant Jaume después de esperar una dictadura franquista completa. El hombre, ya viejo y brillante, tomó el micro y saludó a los presentes… y a los ausentes.
A veces tres palabras bastan para describir el camino más largo, para aglutinar el tesón, el trabajo ciego, el compromiso firme, gestos que también caben en esta historia.
Esta es la historia del aterrizaje de las energías del mar.
En este caso cabe un poco de épico, de trecho largo, de incomprensión, de prueba y acierto, de fallo, una senda inacabada que en estos días vive un punto de inflexión. Ya están aquí y podemos utilizarlas
Es bueno que el lector tenga el antecedente de los cuatro últimos pasos, que sepa que en el año 97 con la ley 54 se liberó el sector energético, que el 12 de marzo de 2004, el día después del atentado, se aprobó el Real Decreto que regulaba la generación de electricidad en régimen especial que ayudó mucho a popularizar la fotovoltaica. Un Real Decreto en él destacaba la ausencia de las fuentes energéticas del mar, circunstancia que se resolvió el 26 de mayo de 2007, el día antes de las elecciones locales, con una nueva versión de Real Decreto en la que por primera vez aparecen publicadas el régimen de tarifas para las energías marítimas.
Un precio para el aprovechamiento energético de un recurso que supone por un lado el reconocimiento de madurez a una tecnología (que ha necesitado probar más de 470 formatos diferentes para alcanzar la etapa comercial), y por otro un escenario para el retorno de la inversión realizada. El cuarto paso. Pero a ese decreto de mayo le faltaba delimitar el camino que debe de seguir la puesta en servicio de un sistema de generación de energía renovables. Sucede que el mar es competencia estatal, un matiz que diferencia la puesta en servicio de estas tecnologías respecto a las “de tierra” que son competencia de las Comunidades Autónomas.
Para resolver esta situación el pasado 1 de agosto salió el Real Decreto que concreta cual es el camino que debe de seguir cada tipo de tecnología, distinguiéndose tres tipos de procedimientos:
· Para las instalaciones de generación eólicas marinas (de más de 50 MW). 
· Para otras tecnologías de generación marina. 
· Para actividades de investigación.
De estos tres caminos el más complejo es el de la puesta en servicio de campos eólicos marinos, que requiere de un trabajo previo de caracterización de que áreas pueden acoger este tipo de infraestructuras, un estudio en el que participan los Ministerios de Agricultura y Pesca, de Medio Ambiente, de Industria y de Fomento junto con las Autoridades Portuarias una caracterización que es notificada a las comunidades autónomas y a las Administraciones Locales para que planteen sus objeciones a un procedimiento que aclarará si una determinada área puede acoger o no parques eólicos marinos. Una determinación que de ser positiva dará pié a la convocatoria de un concurso eólico. 
En este punto cabe anunciar una primicia informativa, se ha iniciado la caracterización del cuadrante que delimitan la latitud de 28º a 29º y la longitud de –13º a –14º, un espacio que para que nos entendamos analiza toda la franja litoral de naciente desde los Ancones hasta Fuerteventura. 
Del otro lado y con un procedimiento más sencillo quedan las energías del mar, la hundimotriz, las boyas, los pelamis, el wave dragon, etc. Artilugios que una vez alcanzada su etapa comercial empiezan a aparecer por las costas de Europa, siendo Irlanda y Portugal los países que ocupan un lugar más adelantado en la explotación de un negocio estimado en 325.000 millones de euros, un negocio que cuenta con un enorme potencial de mejora en un entorno que no deja de ser frágil y celoso. Otra vez el mar. 
Y es que el mar nunca para, siempre inabarcable, siempre desconcertante, atrapante, cambiante, siempre de todos...
Es la espuma de la ola que se expande por la orilla de la playa, o la simple subida de la marea, la que te puede explicar el efecto expansivo de una nueva forma de hacer economía que acerca los recursos naturales a su dimensión energética. 
Hemos vivido años de silencio y de una marea que venía creciendo suave, callada, aguantando la posición para después ganar terreno, esta es la historia de un marco normativo que de repente abre la posibilidad de sacarle al mar un pisco de su intensidad.
Esta es la historia de la llegada a tierra de las energías del mar.