El Océano invisible

Emilio Soler Onís

El mundo de las algas es fascinante y complejo, y hay mucho que decir sobre estas especies cruciales para nuestro planeta. Según Algae Base, hay más de 160.000 especies descritas de algas en la actualidad, incluyendo microalgas y cianobacterias marinas y continentales. De todas estas especies de algas, se estima que alrededor de 10.000 son algas marinas, incluyendo las grandes algas que miden decenas de metros, las laminarias, hasta las microalgas unicelulares que miden solo dos micras (una micra es la milésima parte de un milímetro), estas especies son una parte crucial de nuestro entorno. Además de fijar el carbono atmosférico y producir oxígeno como uno de los productos de la fotosíntesis, las algas también forman una parte importante de las redes alimentarias acuáticas y son fuente inagotable de alimento y productos que utilizamos en nuestra vida cotidiana, como cosméticos, medicamentos, suplementos alimenticios y biocombustibles.
Las algas son muy antiguas y se estima que aparecieron en la Tierra hace unos 2.500 millones de años; son los ancestros de muchas de las especies modernas que existen hoy en el planeta. La capacidad de las algas para realizar la fotosíntesis, convirtiendo la energía solar en materia orgánica utilizando clorofila y otros pigmentos fotosintéticos, ha sido fundamental para la evolución de la vida en nuestro planeta. Junto con las plantas vasculares, cambiaron la química de la atmósfera tal y como hoy la conocemos.
Entre las algas marinas, destacan las microalgas por su capacidad para adaptarse a diferentes condiciones ambientales y su diversidad genética. Se estima que existen alrededor de 6.000 especies marinas de microalgas. Estas especies son importantes para el ciclo del carbono en el océano, ya que fijan dióxido de carbono del agua y lo “secuestran” convirtiendo el carbono inorgánico en materia orgánica, que luego es consumida por otros organismos marinos. De esta manera, actúan como sumideros de carbono en el océano, lo que ayuda a mitigar el cambio climático. En este sentido, las diatomeas, un grupo de microalgas, son especialmente importantes como sumideros de carbono. Se estima que son responsables del 24% de la fijación del carbono total producido anualmente en nuestro planeta, lo que las convierte en los verdaderos captadores y almacenes de CO2.
A pesar de su importancia, las microalgas y cianobacterias a menudo pasan desapercibidas debido a su tamaño y su apariencia a simple vista. A medida que el cambio climático y otros factores ambientales siguen afectando el océano, es importante comprender mejor la biodiversidad microscópica marina básica para el conjunto de la vida en la Tierra y cómo estas especies pueden verse afectadas. La investigación en esta área es fundamental para comprender cómo se están alterando los ecosistemas marinos y qué se puede hacer para protegerlos y conservarlos. La próxima vez que te des un baño en el mar, piensa que nos rodea un inmenso océano de vida invisible.

 

Fotografía y texto: Emilio Soler Onís