CONSERVAR NUESTROS PARAÍSOS MARINOS

José Trujillo

Los mares y océanos cubren el 70 por ciento de la superficie de la Tierra, representando el 95 por ciento de todo el espacio disponible para la vida. Como escribiera Homero, el mar es fuente de todo; de algún modo, todos somos hijos del mar, por lo que el mundo en el que vivimos no debería llamarse planeta Tierra, sino planeta Agua, Mar u Océano. 

 

UNA PROPUESTA DE RED REPRESENTATIVA DE ÁREAS MARINAS PROTEGIDAS DE WWF/ADENA

 

Océanos y mares desempeñan un papel clave en los ciclos hidrológicos y climáticos planetarios. Sin el agua que cubre la Tierra, las altas temperaturas durante el día y  bajas en la noche, harían prácticamente imposible la vida en el planeta. Pese a esa vital importancia, la protección real del medio marino a nivel planetario es claramente insuficiente, menos del 1 por ciento de los océanos del mundo está bajo alguna figura de protección.

 

Desde siempre, los mares han sido fuente de recursos naturales para el hombre -mil millones de personas dependen de la pesca como uno de los principales recursos proteicos- creyendo éste que su inmensidad contenía una riqueza sin límites, una fuente inagotable de alimentos y recursos que además, sería capaz de asimilar todos los residuos y contaminantes que allí se vertiesen. Sin embargo, los estudios y análisis realizados en los últimos años demuestran claramente su fragilidad y agotamiento. La sobreexplotación pesquera, la contaminación  y el desarrollo urbanístico e industrial en las costas, ha puesto en peligro muchas especies y hábitats imprescindibles para el equilibrio y supervivencia del planeta, incluido el hombre. El 76 por ciento de las pesquerías mundiales están sobre-explotadas o al límite del colapso, un cuarto de las capturas mundiales van a la basura o se devuelven al mar muertas (descartes), las redes de deriva y otras artes de pesca matan al año más de 300.000 cetáceos y los accidentes de petroleros, refinerías y otras industrias vierten cada años toneladas de contaminantes al mar.

 

Englobado en la Macaronesia –de la etimología griega makarion, feliz y afortunado; y nesoi, islas e insular-, junto con los archipiélagos de Azores, Madeira, Salvajes y Cabo Verde, más un sector de la costa sahariana, el archipiélago canario ostenta unas peculiares características geomorfológicas, oceanográficas y climatológicas que han propiciado la existencia de un amplio y variado mosaico de ecosistemas con multitud de especies que destacan por su singularidad y exclusividad. Según el Banco de Datos de Biodiversidad de Canarias –todavía bastante incompleto en lo relativo al medio marino-, de las casi 18.000 especies catalogadas en las islas, 5.232 son marinas. Una biodiversidad marina sobresaliente con más de 700 especies de macroalgas, otras casi 700 de peces, compartiendo espacio con miles de invertebrados marinos y 28 especies diferentes de cetáceos.

 

Debido a su posición geográfica, las islas Canarias se hallan en una encrucijada de influencias marinas diversas, donde se observan componentes biogeográficos del Atlántico Norte, del Mediterráneo y de las aguas tropicales africanas próximas, sin desdeñar un importante porcentaje de especies compartidas con las costas americanas. Esta composición tan heterogénea, unida a la oligotrofía de la mayoría de las aguas canarias –que implica la existencia de gran diversidad de especies pero en pequeñas cantidades de biomasa- y a la concentración de biotopos en una estrecha franja de fondo marino – por la carencia de plataformas insulares-, aumenta de forma considerable la fragilidad y vulnerabilidad de los ecosistemas frente a agentes perturbadores externos.

 

Como se ha dicho, la protección real del  medio marino a nivel planetario es claramente insuficiente. En Canarias, a pesar de la especial relevancia que tiene desde el punto de vista, no sólo ambiental, también social y económico, no estamos en mejor situación. La contaminación marina, el intenso tráfico marítimo y  sobre todo, la gran presión urbanística sobre las costas, todavía en aumento en todas las islas, esta ocasionando ya, graves problemas sobre los ecosistemas marinos y costeros de Canarias. Por ello, desde WWF/Adena creemos que es urgente adoptar medidas de protección reales y efectivas.

 

Con el ánimo de contribuir al establecimiento de este tipo de medidas, WWF/Adena ha elaborado una propuesta de áreas marinas protegidas que cuenta el rigor científico de un prestigioso grupo de expertos e investigadores del medio marino de Canarias y  que contempla cinco grandes áreas prioritarias para su conservación (Banco de la Concepción, Estrecho de la Bocaina, Fuerteventura sur, Oeste de Gran Canarias y corredor Tenerife-Gomera) . Además,  es primordial aumentar el apoyo a los proyectos de investigación de la biodiversidad marina y esencial que todos contribuyamos en nuestra vida diaria a la correcta conservación de nuestros paraísos marinos.

 

 

 

 

José Trujillo, Responsable de WWF/Adena en Canarias

 

Referencias bibliográficas:

 

Océanos de vida. Jorge Bartolomé, Isaac Vega. WWF/Adena. Editorial Debate.

Conservando nuestros paraísos marinos. WWF/Adena con la colaboración de 15 expertos del medio marino.

www.wwf.es