Arte en Mala
Ya he dicho muchas veces que la primera exposición que hicimos en la galería, se llamaba Incierto, porque esa era nuestra filosofía, el no tener certezas, el aprender a manejarnos en la incertidumbre, el no tener ideas preconcebidas. He contado que detrás de Incierto vinieron 23 exposiciones más entre colectivas e individuales y que han pasado por aquí más de cien artistas, algunos muy conocidos y otros que empezaban en el mundo del arte, y he dicho también que hemos hecho muchos amigos y hemos sentido el apoyo de mucha gente.
Lo que nunca he mencionado es que el primer día que se abrió la galería, el ocho de marzo de 2014
a las seis de la tarde, la primera persona que entró fue Óscar García Guerrero, con el que hablé un rato hasta que ya empezó a entrar gente y nos disipamos. A partir de ahí, estuve tan liada, que perdí de vista al primer visitante, pero en ese rato que pudimos hablar, me dijo que era periodista y amante del arte y que en cualquier cosa que necesitara estaba a mi disposición. La frase en sí me resultó pasada de moda, "a mi disposición”, ¿qué significaría eso?
Pronto supe lo que quería decir. Venía todos los días a preguntarme qué necesitaba, me traía flores, se ofrecía a hacerme los recados, me escribía las notas de prensa, me acompañaba a ver a los artistas mientras él nos hacía el reportaje fotográfico, iba de compras conmigo, me ayudaba a hacer los canapés, me animaba en momentos de bajona, me secundaba en casi todas mis ideas, y los catálogos, carteles y el diseño lo hacíamos juntos.
De repente, lo hacíamos todo juntos.
Algo ocurrió ese primer día en el que Artenmala abrió sus puertas, esa primera persona que entró y yo, nos enamoramos; no buscábamos el amor, pero ocurrió. Mientras organizábamos inauguraciones y clausuras, construimos una historia de amor real, una historia que no era de color rosa sino de claroscuros y de mucha comunicación, de un deseo muy intenso de construir algo que mereciera la pena.
Mientras nos adaptábamos el uno al otro, llegamos a estar tan a gusto, simplemente por el hecho de estar juntos, que aunque pueda parecer cursi, nos veíamos ya como compañeros para toda la vida.
Por eso querido Óscar, y porque juntos compusimos una auténtica obra de arte, te felicito, te doy las gracias, y brindo contigo por estos cinco años de amor en ARTENMALA.