ALGAS, ¿QUÉ SON REALMENTE?

Se puede decir que las algas son algo así como las verduras del mar, es decir, plantas que crecen en agua, tanto dulce como salada. Por lo que tienen los mismos ciclos que las plantas terrestres: crecen, se reproducen y mueren, sin que tengan que intervenir para ello siembras, trasplantes, abonos, riegos, etc. 

Se puede decir que las algas son algo así como las verduras del mar, es decir, plantas que crecen en agua, tanto dulce como salada. Por lo que tienen los mismos ciclos que las plantas terrestres: crecen, se reproducen y mueren, sin que tengan que intervenir para ello siembras, trasplantes, abonos, riegos, etc.

Una de las razones de la diferenciación entre las numerosas especies es que a lo largo de sus 2.000 millones de años de vida han ido evolucionando y diversificándose hasta adaptarse a las diferentes circunstancias ecológicas de su hábitat, esto es, el mar.
Pero hay que tener claro que no todas las algas que nos encontramos en el mar pueden ser utilizadas en gastronomía. De hecho, sólo son comestibles unas 50 especies, de las 25.000 que hasta ahora se conocen.
El sabor y la especial textura de este producto son dos poderosas razones de su creciente popularización aparte de poseer una serie de nada desdeñables propiedades nutritivas, que además de ser un aliciente para una saludable alimentación, han sido la base de muchos productos de cosmética y tratamientos para la salud y belleza de la piel.
Se cree que estas plantas acuáticas se incorporaron a la alimentación humana hace cerca de 10.000 años, sin embargo, a la cuenca mediterránea tardaron algo más en llegar. Se estima que el desembarco se produjo aproximadamente en el año 600 a.c..
En la actualidad, su uso se ha extendido a gran parte de los países de nuestro entorno; en Alemania y Austria, por ejemplo, se emplean con enorme éxito en la elaboración del denominado Algenbrot, un pan de cereales al que se le añaden algas disecadas en la harina.

Valores nutricionales
Son las verduras con mayor contenido en sales minerales y oligoelementos, tanto es así, que una cucharada de algas ofrece al organismo todos los necesarios para mantener un correcto metabolismo celular. Su contenido en hierro es mucho más alto que el de las lentejas, son ricas en yodo, cobalto, magnesio, calcio (aporta más que la leche), fósforo y potasio.
Las algas son también una importante fuente de proteínas vegetales; aportan todos los aminoácidos esenciales. Y no contienen ni grasas saturadas (no produce colesterol), ni residuos de antibióticos, ni pesticidas, ni hormonas de síntesis, tan típicas en otros alimentos debido a la política de consumo que estamos viviendo.
En lo que a vitaminas se refiere, las algas contienen una buena cantidad de vitamina E y provitamina A o betacarotenos. Además, contienen ácidos linoléicos y alfa linoléicos. Todo esto hace que actúen contra el envejecimiento, protejan la piel y las mucosas de los radicales libres.

¿Quién debe consumir con moderación las algas de augua salada? 
Debida a la alta composición de las algas marinas en yodo es necesario evitar su consumo en personas que sufren hipertiroidismo, se les haya extirpado la glándula tiroides o sean muy delgadas y nerviosas. Algunas algas contienen un alto porcentaje de sodio por lo que no conviene su abuso en personas con tendencia a la hipertensión. En todos estos casos son más aconsejables las algas de agua dulce como la Klamath, la Espirulina o la Clorella.

Estas son las algas mas corrientes
Aunque en la actualidad es bastante fácil encontrar algas en restaurantes y tiendas especializadas, hasta hace poco parecían ser patrimonio nipón. De hecho, Japón es el país donde más se consumen por habitante, siendo el mayor productor y exportador del mundo de este producto. Tal vez esa es la razón por lo que la mayoría de las especies que conocemos y utilizamos tengan nombres de origen japonés.

Nori. Son unas algas rojas o púrpuras que se tornan negruzcas al secarse y verdes cuando se cuecen. Son muy típicas para la elaboración de sushi y se suelen vender en forma de hojas finas y secas similares al papel.
Kombu. Se emplean para preparar un caldo denominado dashi. Entre sus características nutricionales destaca que su gran aporte de calcio, hierro, potasio y yodo.
Hijiki. Es una de las algas más populares. Sus minúsculas ramitas, cuando se ponen a remojo, se asemejan a los fideos negros.
Arame. Similar al anterior, aunque más dulce y menos crujiente. Es de color marrón amarillento en crudo, y negruzco tras la cocción.
Varech. Alga rica en yodo que contiene alginato. Componente que se utiliza como aditivo a modo de espesante.

Otras algas a destacar serían la Espirulina (un alga microscópica con más de 3.000 millones de años de existencia), Agar–Agar (producto nutritivo resultado de la mezcla de 8 tipos de algas), Wakame, Chorella, Fucus y Cochayuyo, entre otras.