EDUVIGIS HERNÁNDEZ

“El lugar de la huida”

La promesa del viaje sobre la línea azul es incierta.
Partir para llegar y de nuevo partir. Quien va, quien viene, lleva consigo un completo manual de zozobras.
Es tan amplio el cielo como el mar. Inabarcable,
se cierne por igual como atisbo de esperanza o clausura de la vida que arriesga.
Nadie contempla ya el arribo ni la sorda despedida.
Ni una espalda existe para asomarse al abismo presentido.
No hay humana huella que anuncie el abrazo primero, el posterior rechazo.
De gris y de arena es el ansiado lecho – y de la misma sustancia se muestra el lugar de la huida.
¿Y si el destino, cualquiera que éste sea, se nutre únicamente de soledad?
Llegar para partir y de nuevo llegar.
El refugio es precario –siempre lo es – y la brisa no suele presentarse favorable. Quizá acabó la infinitud, pero la travesía semeja durar demasiado tiempo.
Aún existen distancias insalvables aunque se trate de ir hasta la próxima piedra.
La máquina deja su rastro sin asegurar la calidez de la bienvenida.
Es sin duda la vocación del viajero saberse solitario. Sin embargo, trae pura desazón notar que no hay ojos vigilando el horizonte.
Sin contemplación se revela improbable la expectativa del encuentro.
Es incierta sobre la línea azul la promesa del viaje.

  • Compártelo: