ALEJANDRO SOLAR

CANTO DE MAR Y CREPÚSCULO

Es el crepúsculo. La sal y el óxido
duermen bajo los muelles olvidados.
En Valparaíso las tabernas bullen de
marineros blancos,
Sus uniformes
con estrellas de alcohol
y zapatos de mármol.

Mujeres en cada esquina de la
Iglesia y la plaza
desenredan la noche en un mismo
tapiz tejido y destejido con dedos
de lúbrica cerámica
Ay, sus cabelleras de gorgonas
tristes,
Ah, sus caderas formadas en
las cuestas de los cerros pobres
Qué míseros espejos
dotaron de esplendor
y ternura sus cuerpos
en la roja sombra de un vino
amargo y dulce
como canción borracha
de mozos que amanecen.
Como un beso
nos une el mar
En una sola sombra
de aire y tiempo
perdura el cielo terso
Y en la luz que viene
cada día
Pulverizada ceniza
azul y blanca
que recuerda al navegante
que nada dura para siempre
en el brillo del agua.
Envejece el viajero en otra latitud
Y en las orillas olvida su memoria
Mientras oye los remos del barco de
Caronte entrando en la bahía
Donde se ahoga la última esperanza.

 HÜZÜN *

Estambul, negro y blanco, anochece y en algún lugar
de la casa donde Dante contempla al ahorcado
Se abre la Gran Puerta sobre un océano de muertos
Allí estoy,
Tengo la llave de la caja del recuerdo,
Su cruz herrumbrosa que hiende el pasado
Horrendo mar de sombras inasibles
Amargo teatro de sombras, lámparas ciegas
siluetas consumidas por una luz sin aire.

Camino entre la alta hierba, pisando
Nidos de serpientes
Hay un rumor de selva y el que me acompaña
Va por delante cien pasos.

Hemos perdido el rumbo, nuestros
sombreros se han mojado
Y los pies aterrorizados no nos pesan.
¿Quién eres, guía alado?
Me llevas hasta lo hondo, donde
Se regresa para volver envuelto
En la miel arrebatadoramente dulce
Del remordimiento y los celos,
La música suicida de esa canción que dice:
“Habríamos sido tan felices”,
O, “siendo infeliz ahora, vuelo y caigo
entre nubes doradas”.

Amargura, amargura, amargura.
Amargura de los instantes que gozo
Temblando ante la puerta oscura,
Como un náufrago aterido de sal
helada y viento,
Como un recién nacido de mil años
Envuelto en lienzos de vitriolo.

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