“CHARCO_DE_SAMARÍN”
Mario Delgado no es un pintor del mar. Mario es un pintor de ruina y tierra adentro. ¿Este “Charco de Samarín” representa, en verdad, el mar? ¿La naturaleza del agua de un charco es la misma que la del agua del mar? Los que han leído a Gaston Bachelard saben que no. El agua del mar, libre como la del río, fluye y por tanto, en la imaginación poética, representa a la vida; al contrario, el agua de charco, como la de lago, se estanca, es agua muerta. Este “Charco de Samarín” es un trozo de mar —¿otra ruina?— que hubiera muerto o, mejor aún, una ola transformada —estancada, petrificada— en gema. Este cuadro es, sí, una funeraria gema marina.