“SIN_TÍTULO”
INFINITOS.
Aquí fue donde no me dijo nada. Yo también callé. El primer silencio. Ante nosotros se extendían varios cielos, vientos, arenas, mares y otros infinitos, suficientes para que nuestros vacíos no tuvieran que encontrarse y las miradas vagaran separadas en la lejanía. Sí, este es el punto exacto donde todo comenzó. Aquí, en esta inmensidad herida por un brillo
de plata. Descubrimos más tarde que el cofre del tesoro
escondía un cuchillo afilado en su interior. Al despertar, ignorábamos si salíamos de un sueño o de una pesadilla. Nos confundíamos de nuevo. No era exactamente ninguna de las dos cosas. Sólo un trozo de realidad, esa interminable sucesión de sombras, luces y espejismos.
Gregorio Cabrera