LA ESCUELA DE PESCA

En la Bahía de Naos de Arrecife se encuentra el Instituto Politécnico de F.P. Marítimo–Pesquero de Canarias. Hasta la actualidad ha estado formando a numerosos profesionales del mar. 

En la Bahía de Naos de Arrecife se encuentra el Instituto Politécnico de F.P. Marítimo–Pesquero de Canarias, conocida como Escuela de Pesca. Se fundó en 1942 e inicialmente dependía del Ministerio de Agricultura y Pesca para posteriormente transferirse en 1986 a la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y alimentación de la Comunidad Autónoma. Desde ese momento y hasta la actualidad ha estado formando a numerosos profesionales del mar.

Aunque en estos días resuenan ecos en la prensa que Bruselas, a través del Ministerio de Educación, ha designado al Instituto como un centro de referencia para estudios superiores náuticos–pesqueros para el sur de la Unión Europea, lo cierto es que en la actualidad sigue siendo un desconocido para la mayor parte de la población de la Isla. Aprovecho la cobertura de una revista divulgativa dedicada a la mar como NU2, para intentar exponer parte del trabajo que hacemos.


Me centraré como no podía ser de otra manera, en la rama de la biología marina, tanto en la parte de pesca como en la de acuicultura. El Instituto imparte la formación profesional reglada a través de los ciclos formativos de la rama marítimo–pesquera, formación profesional de adultos y cursos de especialización marítima. Los ciclos que incluyen estudios de biología marina son C.F. Técnico de Cultivos Acuícolas, Patrón Local de Pesca y Patrón Costero Polivalente, y tanto en el grado medio como en el superior los cursos de C.F. de Navegación, Pesca y Transporte Marítimo. 
El centro cuenta con las instalaciones y la infraestructura adecuada para el desarrollo de esta formación; destaco un buque escuela, B/E Bocaina y varias embarcaciones menores para las prácticas en el mar. En tierra contamos con un laboratorio seco con microscopios, lupas, espectrectrofotómetro, centrífuga, estufa, etc., y otro húmedo con mesa de disección, mantenimiento de inóculos, etc., además de una planta de cultivos marinos dedicada al mantenimiento y/o reproducción de peces, crustáceos y moluscos, y cultivos de microalgas y de zooplancton (rotíferos y artemia principalmente). 
Desde la perspectiva de la formación y en relación con los recursos pesqueros de la Isla quiero destacar:
La importancia de que todos entendamos la necesidad de conservación de nuestros fondos y costas como mantenedores de la biodiversidad marina. Además de ser necesaria para el delicado equilibrio del ecosistema como lo confirman numerosos estudios, lo es también como fuente de proteína animal de alta calidad. Este aspecto es clave integrarlo en la formación del sector y de toda la sociedad. 
Dignificación del sector primario de la pesca y apoyo en la regulación desde el hecho insular (artes y aparejos, vedas, licencias, reservas marinas), vigilancia en el mar y en tierra, los puntos de primera venta tienen que ser una realidad. 
Complementar, reciclar y sensibilizar a los pescadores para adaptarse a los tiempos que corren, con nuevas especies objetivo, pesca litoral dinámica o por zonas, etc.
Referente a la Acuicultura, no podemos temer a este gran reto que se nos plantea, por lo que debemos hacer las cosas bien desde el principio y no cometer los errores que ya se han cometido con las explotaciones en tierra. 
Lanzarote tiene aguas oceánicas de gran potencial (temperatura óptima, elevadas concentraciones de oxígeno, buena tasa de renovación), pero necesitamos conocer las zonas en las que se puede ubicar sin que suponga el deterioro de los fondos marinos. Estamos en disposición de desarrollar una acuicultura ecológica y además sostenible de verdad. En este apartado hay que matizar varios aspectos, por un lado la acuicultura la podemos plantear de producción para Canarias y no tanto de exportación, creando una marca de calidad que aporte un valor añadido con especies de rápido crecimiento, o bien con especies de niveles tróficos bajos. Por otro lado, el término sostenible tan manido en esta isla y utilizado para casi todo, sirva como ejemplo el turismo sostenible y destrucción de ecosistemas costeros. Aclarar que cuando hablamos de acuicultura sostenible, hablamos de ejercer una actividad que genera riqueza, pero en la que se puedan mantener los recursos naturales, el hábitat, la biodiversidad, el uso y disfrute del medio. 
Sería interesante además que estos proyectos fueran abanderados por el propio sector pesquero familiarizado con la marinería, lo que le permitiría compatibilizar los escasos recursos litorales con la producción por parte de la acuicultura de especies autóctonas, además de favorecer el descanso de  dichos recursos.
Estamos todavía algo lejos, pero desde el Instituto permanecemos abiertos a la colaboración con diferentes entidades, tanto con empresas del sector como con instituciones, para dar cabida a iniciativas que redunden en la actividad pesquera y/o acuícola. Me gustaría agradecer la estrecha colaboración del Instituto Canario de Ciencias Marinas –ICCM– con la Escuela, colaboración que ha ayudado a impulsar la planta de cultivos así como numerosas experiencias, además de la donación de material biológico.
Para finalizar voy a destacar algunas de las prácticas llevadas a cabo en el Instituto y desarrolladas en el proceso de enseñanza, dando lugar algunas de ellas a proyectos, estudios y colaboraciones.
Respecto a los crustáceos, además de aclimatación y acondicionamiento de varias especies del litoral conejero, hemos conseguido cerrar el ciclo con especies de interés pesquero como son la santorra o centollo, Maja squinado, carnada de vieja, Xanto sp, y la jaca, Eriphia verrucosa. 
A modo de resumen, el proceso se inicia con la captura  de hembras ovígeras del medio  natural y  el posterior acondicionamiento en   la planta de cultivos. A continuación, se lleva a cabo la incubación y el cultivo larvario hasta conseguir los juveniles. A partir de aquí podemos empezar el engorde hasta  alcanzar la talla comercial  probando diferentes técnicas. O bien, podemos  liberarlos  en su hábitat con el objeto de repoblar determinadas zonas del litoral afectadas por la sobrepesca. En cualquier caso el procedimiento conlleva algunas complicaciones tecnológicas y si hablamos del segundo supuesto habrá que preestablecer todos los mecanismos de control necesarios (autorización, seguimiento, etc). 
La carnada de vieja, aun no tratándose de una especie pesquera,   es una especie objetivo del marisqueo como uso de cebo en la pesca de la vieja (Sparisoma cretense), y cuya recolección incontrolada constituye una seria amenaza para este crustáceo. A petición del Cabildo Insular de Lanzarote, y en colaboración con el Instituto Canario de Ciencias Marinas y nuestro Instituto a través del Departamento de Cultivos Acuícolas, hemos mantenido varias reuniones que se han concretado en un proyecto de Viabilidad de la cría en cautividad de Xantho sp., con el objetivo de mejorar la tasa de supervivencia obtenida en un proyecto anterior. Por diferentes motivos este estudio no se está desarrollando a día de hoy. 
Con la santorra o centollo cerramos el ciclo por tercer año consecutivo con mejoras en las técnicas de cultivo larvario y de prengorde; este curso estamos probando con la jaca y el camarón Palaemon elegans. Sería interesante cerrar el ciclo con especies pesqueras cuya captura en un caso está totalmente prohibida en la actual Ley de Pesca de Canarias (Decreto 182/2004 de 21 de diciembre, BOC de 7 de enero de 2005), como es la de la langosta de antenas (Palinurus elephas) o de la langosta canaria (Scyllarides latus) considerada amenazada en Canarias. 
En cuanto a peces, trabajamos con especies de cultivo como la dorada y la lubina, así como aclimatación de nuevas especies. Tenemos dentro de la nave una zona de hatchery, dedicada a la cría con capacidad para producir 400.000 alevines de peces, lo que nos permite poder apoyar iniciativas y, llegado el momento, poder suministrar semillas de nuestro propio criadero. Hemos probado dietas de finalización para mejorar la calidad del producto antes de su despesque y en este curso logramos adelantar el cambio de alimento vivo a alimento inerte durante el periodo larvario. 

 

Carmen Déniz de León
Bióloga, colegiada nº 10293–L
Jefa Departamento de Cultivos Acuícolas

Instituto Politécnico  de F.P.  Marítimo–Pesquero de Canarias
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