Nº 48

Fernando Barbarin

HOY
Te miro para custodiar mis entrañas,
para que la edad no me devore la lengua.

...un día abrí las ventanas
para ventilar el cielo.
Derramé mi reloj sobre la arena
borrando las huellas de mis manos.
Renuncié a la sensatez
para abrazar con esperanza la osadía.

El camino me impuso el destino,
pisando un sendero sin pasado,
para alcanzar una tierra enterrada por la historia
y con su futuro ya vivido.
Avancé con la razón entre los dientes,
con mi puño de cristal entre las manos.
Mordí hasta donde mi mandíbula
alcanzó a morder.

Llaga ardiente en la herida
de la tierra mal zurcida,
pelo negro de noche,
ausente la traquea del gallo,
aullido de adobe y llanto.
Arcoíris oculto entre la milpa,
botas de hule, humo y barro.
Piel ajena y huipil mancillado.

Hoy sacudo mis arrugas para saber quién soy,
cierro los ojos y te miro.

La utopía espera en los huesos.

¡Despierta!
Ya has vivido la mitad de la muerte,
tu unicornio tiene hoy cabeza de corcel.
Has bostezado demasiadas veces sin sueño.

¡Despierta!
Que los suspiros no sean tan caprichosos
y la nostalgia no retuerza tus recuerdos.

AYER
la adolescencia era la patria.

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La cordura carece de valentía
cuando las palabras moderadas
no sirven a la razón.

fernando barbarin