roberto batista

“felicidad” 2008 2018 Óleo sobre lienzo 97x97
El placer profundo, inefable, que es andar por estos campos desiertos y barridos por el viento, subir un repecho difícil y mirar desde allí arriba el paisaje negro, desértico, desnudarse de la camisa para sentir directamente en la piel la agitación furiosa del aire, y después comprender que no se puede hacer nada más, las hierbas secas, a ras de suelo, estremecen, las nubes rozan por un instante las cumbres de los montes y se apartan en dirección al mar y el espíritu entra en una especie de trance, crece, se dilata, va a estallar de felicidad. ¿Qué más resta, sino llorar?


José Saramago
Cuadernos de Lanzarote, p.102
Diario I-1993, 24 de julio.